Querida yo del futuro
Querida yo del futuro… querida maestra del futuro. Un día, no hace mucho escuche una frase, una frase que me marco, que me hizo recapitular sobre una gran variedad de temas, de asuntos, de personas, de conocimientos y experiencias…. “nuestra memoria siempre ha dependido de nuestras ganas por hacer algo” y es por eso por lo que decidí ponerme a escribir.
Creo que la memoria no es algo que siempre podamos controlar, llega un momento en el que, simplemente, se escapa de nuestras manos; pero… ¿Y las ganas? Y creo que es ahí donde entra la magia. Y es por eso, por lo que te escribo, para refrescar tu memoria e intentar trasmitirte todas las ganas que tenías con 20 años. Podría decirte, decirme, que tenías ganas de comerte el mundo, pero creo que me meteré más en detalle.
Quiero que recuerdes las ganas que tenías de enseñar, de educar, esas ganas por las que decidiste tomar una decisión tan grande como cursar la carrera de educación que de una manera u otra, llegaría a condicionar tu vida y que espero que lo haya hecho. Quiero que recuerdes la sensación con la que entraste por primera vez en un aula, esa sensación por la que te sentías minúscula incluso en un aula de primero de educación infantil, quiero que recuerdes lo que sentiste la primera vez que una vocecilla que te llegaría, ni más ni menos que a la altura de la rodilla, te llamaba “profe”, recuerda todos esos ojos mirándote mientras les explicabas algo que para ti era tan sencillo como el número 1 , pero que para todos ellos era un mundo por descubrir, como confiaban en todo lo que decías, hacías o pintabas, sin importarles cómo. Me imagino que te seguirán llamando profe, que te seguirán atendiendo en clase, que seguirán acudiendo a ti en sus dilemas de “David me ha dicho que ya no quiere ser mi amigo” o “profe, porfa ¿me abrochas el abrigo?”…. pero espero que no desvalores ninguna de ellas, porque no serán tus primeras veces…. Pero a lo mejor las suyas sí.
Espero que sigas recordándote cada día que cada niño es un mundo, y que para entender tantos mundos, tan diferentes, es necesario saber mucho de todo, necesitarás seguir estudiando, formándote e investigando, pero también necesitarás seguir siendo tú misma.
¿A qué me refiero? pues exactamente a eso. Al deseo de que el paso de los años no te quite la pasión ni las ganas; ya has comprobado que ser maestra no es trabajar de lunes a viernes de 9 a 2, sino que ser maestra es un trabajo a jornada completa, ya que si no te llevas a unos cuantos alumnos en la cabeza para poder ver como trabajas eso o aquello, como planificas una actividad determinada de un área concreta, como haces para que Eduardo trabaje mejor, o Juan mejore en otro aspecto…. Te llevas a los 25 en el corazón. Así que espero que no lo hayas perdido, que sigas teniendo la educación como pasión, no solo como profesión.
No quiero repetirme en palabras, pero en esta, me lo voy y me lo vas a permitir: ENSEÑA.
Suena fácil, pero no lo es, es una palabra que tenemos en nuestro vocabulario desde enanos, pero que no siempre nos hemos parado a pensar lo que puede llegar a significar y menos aún, lo que puede llevar consigo. Enseñar es construir, modelar una mente para que sea capaz de dominar una vida.
Enseñamos a identificar las letras, a leer, a escribir, enseñamos los números y los colores, los animales, por qué un oso no vive en una granja y una gallina si, enseñamos a coger un lápiz y a pintar con pincel…. Formamos mentes. Pero sobretodo formamos personas: el respeto, la obediencia, el compartir, la sinceridad, el compañerismo, la honestidad, la amistad, la colaboración, la constancia, la empatía, la independencia, la solidaridad….no se enseñan en los libros. Así que enseña, construye y crea personas.